No hay que dejarnos llevar por la confusión que para algunos representa el término “nube” como un servicio. No es que exista una nube tal cual (por supuesto que no), pero el significado de lo que representa una nube se acerca mucho a lo que se quiere establecer como “servicios cloud computing”. Todos los días encontramos nubes en el cielo, no nos estorban en nuestro camino y en cualquier punto que miremos al cielo las podemos ver. De ahí la procedencia de este concepto para crear el cloud computing o servicios en la nube.

La nube no es nada más y nada menos que un gran servidor físico, en el cual se puede manejar información y datos de millones de personas. La idea de los servicios en la nube nace a partir del concepto o idea de tener acceso a la información de una manera rápida (casi instantánea), esto sin importar en dónde estés y/o a través de qué dispositivo desees acceder. Integrarse en los servicios de la nube tiene grandes ventajas, de manera que se dejan atrás los pequeños servidores físicos. Cabe destacar que estos servicios se dedican a procesar y almacenar de manera masiva los datos e información de cada usuario en servidores.

Los servicios en la nube, o Cloud Computing, fueron creados para dar soporte tanto al usuario final como también para empresas que re-venden esta clase de servicios.

En cuanto los servicios en la nube para el usuario final: ¿Hace sentido relacionar estos servicios con aquellos proveedores que se dedican a guardar archivos e información en internet? ¡Por supuesto! Algunos servicios serán gratuitos y otros de pagos. Ejemplos muy básicos de servicios que utilizamos a diario y son derivados del concepto de la nube son Google Drive, Dropbox, Spotify, la mayoría de los correos electrónicos y algunos CRM en línea como lo es Zoho.